Sopa de papa

Narración y descripción del día que me inventé una sopa de papa.

Sopa de papa.

Era un día cualquiera, pero quería comer sopa de papa. Quería que fuera cremosa y que tuviera queso. Quería también que tuviera algo tostadito. Yo en realidad había cocinado sopa de papa una vez anteriormente y no me acordaba qué cosas le había echado. Pero pensé que esta vez podía hacerla como si fuera un asopao, pero sin arroz y sin pollo.

Lo primero que hice fue poner a hervir alrededor de dos tazas de agua. Seguido, lavé tres papas medianas, las piqué en trocitos y las eché al agua hirviendo. Luego pique cebolla y ajo y los añadí a las papas. Dejé que todo se cocinara a fuego lento. Una vez las papas ablandaron y soltaron su almidón, añadí leche de coco, queso crema, sal, pimienta y, pues claro, sofrito.

Como podrán ver, no seguí ninguna receta de asopao. Yo fui preparando la crema según me hablaban mis sentidos. O como dice un “meme” que anda por las redes sociales, seguí echando cosas hasta que mis ancestros me dijeron “ya está”.

Dejé que la leche de coco, y el queso crema se mezclaran con las papas y el agua. Con la licuadora manual convertí todo en una crema, hasta la cáscara de las papas, y le agregué queso parmesano rallado. En un sartén aparte sofreí en aceite de oliva brocolí, tomatillos, y almendras. Cuando serví la crema, la terminé con estos vegetales encima y con un poco de pimienta molida.

Quedé impresionada, les digo. La crema/sopa me quedó por la moña, como decimos los boricuas. Estaba cremosa, como la imaginaba, y las almendras le dieron el toque crujiente que se me antojaba. Yo me la comí como plato principal. Me serví dos veces, para ser exacta. Pero si alguna vez deciden hacer esta sopita en casa, la pueden servir como primer plato o como plato principal. También les funciona como aperitivo para una fiesta con familiares y amigos o como un lunch para un día lluvioso.

La sopita les va a gustar, y más les va a gustar la sensación de saber que la hicieron from scratch. Está divina, anímense.