Los mejores garbanzos del mundo
- jengibrepr
- Oct 22
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Updated: Oct 22
Si alguien me pregunta qué quisiera comer antes de morir, probablemente diría los garbanzos de mi abuela.

Son las 10 de la mañana y me acabo de levantar. La alarma sonó a las 9:00 am, pero a veces pasa que los “cinco minutos más” se convierten en una hora. Son las 10 de la mañana y necesito café puertorriqueño colao en greca y un buen desayuno. Un desayuno como los que me hacía mi abuela.
Cuando mis hermanos y yo éramos pequeños, mami nos llevaba a casa de abuela a desayunar antes de ir a la escuela. De lunes a viernes ella nos hacía avena, maicena, pancakes, tostadas con mantequilla, huevos con pan, sorullitos, pastelillos o bacalaitos. Han pasado muchos años y aquí donde estoy, tan lejos de casa, nadie más toma café ni desayuna, así que me toca hacerlo a mí.
Desde que publiqué que reactivé Jengibre he querido volver a escribir recetas pa’ ustedes porque se las debo, pero no sé por dónde empezar. Hoy, que estoy pensando mucho en mi abuela, creo que es un buen momento para recrear sus emblemáticos garbanzos que tanto me gustaban.
Para estos garbanzos guisados no existe receta, los pasos los guardo en mi memoria por las veces que la vi preparándolo. Tengo todo lo que ella usaba; achiote, sofrito, calabaza, jamón de cocinar, aceitunas, pasta de tomate (aunque abuela usaba salsa de tomate), garbanzos, hojas de laurel, un “chin” de sazón y un “chin” de cubito de jamón.

Primero calenté el achiote, y sofreí el jamón, las aceitunas y el sofrito.

Seguido eché los garbanzos, la calabaza y la pasta de tomate.

Lo dejé cocinar por unos minutos y le añadí agua, hoja de laurel, sazón y cubito. De ahí lo dejé cocinando a temperatura media hasta que espesara.

Lo acompañé con arroz blanco, tostones y pollito. Lo hice todito en las ollas que abuela me regaló cuando a penas me mudé a los "nuyores". Son mis ollas mágicas porque todo queda rico y porque es un obsequio que conservo luego de su partida.
Disfruté mucho hacerlo y comerlo. Creo que hasta un par de lágrimas solté. Me vi sentada en el piso de su sala y ella mirándome ‘jaltarme’. Su versión será inigualable e irremplazable. No sé cuál era su ingrediente secreto, pero algún día sabré. Es el plato al que siempre quiero regresar, practicar y mejorar.




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