Pana o panapén, ¿de dónde viene esta fruta y cómo podemos cocinarla?
- Aug 12, 2020
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Aquí te dejo algunas razones para nunca pensar que las panas son aburridas.

En medio del patio trasero de la casa de mis abuelos maternos había un árbol de panapén muy frondoso. Tenía ramas tan altas que mi abuelo necesitaba un cuchillo amarrado a un palo largo para poder tumbar las panas. Pero también tenía ramas tan bajas que podíamos alcanzarlas con las manos. Usualmente, abuela nos hervía las panas para almuerzo y las acompañábamos con aceite de oliva, bacalao, con una sopa, con pollo asado o con corned beef. En fin, mis hermanos y yo crecimos comiendo mucha pana.
No recuerdo qué edad yo tenía cuando mi papá comenzó a crecer su propio árbol de panapén. Lo ubicó en la parte trasera del patio. Justo al lado de un rancho donde hace trabajo de construcción y ebanistería. El árbol creció tanto que actualmente es una de las principales fuentes de sombra en mi hogar (y una de las principales fuentes de alimentación de mi familia). Para tumbar las panas, mi papá también usa un cuchillo amarrado a un gancho de madera largo, similar al de mi abuelo. Pero últimamente, como el árbol ha crecido tanto, tiene que subirse al techo de su rancho para buscar las mejores panas. A veces el árbol está tan cargado de panas que mi papá llena unos cuantos cajones y se va a repartirlas por el vecindario.

Los árboles de panas se dan en lugares tropicales. Originalmente son de Indonesia, Nueva Guinea y varias islas del Pacífico. Llegaron a Puerto Rico y el Caribe en el siglo 18 traídos por Ingleses y Franceses quienes necesitaban un fruto económico, de fácil producción y con gran valor nutricional para alimentar a sus esclavos.
Según un artículo en lavanguardia.com, la pana ayuda al cuerpo a absorber hierro, funciona como antioxidante, más es alta en carbohidratos, fibras, proteínas y vitamina C.
"También posee cantidades a tener en cuenta de vitaminas A y B, que fortalecen huesos, dientes, piel y cabello y mejoran el tono muscular, así como minerales como el potasio, el calcio, el magnesio, el fósforo o el hierro... Esta fruta también contribuye a la prevención de enfermedades cardiovasculares, ya que contiene fitoquímicos que protegen al corazón de la aterosclerosis (la creación de placas que, con los años, pueden llegar a obstruir los vasos sanguíneos)", lee el artículo.
Por fuera, las panas son redondas, color verde, con caparazón áspero y bastante sólidas. Sin embargo, en su interior son color crema, y al cocinarlas se tornan blandas, algo así como ocurre con las papas.
Durante la temporada de panas, mi familia y yo solemos comerlas al menos 4 veces por semanas. Pero, ¿cómo las comemos? Aquí enumero algunas ideas:
1. Hervidas y con serenata de bacalao

2. En escabeche con mollejitas
3. Como mofongo
4. Dentro de un sancocho
5. Como tostones
6. Rellenas (de carne o corned beef)
7. Flan de pana
8. En chips (como papitas)
9. Majadas















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