Karla
- jengibrepr
- Jul 22, 2019
- 2 min read
Updated: Aug 7, 2019

Mi hermana Karla es una caja de sorpresas. Ella dice que yo soy dramática, pero en la escala del 1 al 100 ella es 80 y yo 79. Les voy a dar un par de ejemplos para confirmar esto.
A Karla le decían Karlita hasta hace poco. Un día me llamó llorando porque sentía que no la tomaban en serio y por otras cosas que ustedes no tienen que enterarse. Yo le dije que pa’ que la empezaran a respetar y a tratar como una mujer de su edad tenía que cambiar su nombre en Facebook de Karlita a Karla Andrea porque Karla Andrea suena bien fuerte. Lo cambió y eso tuvo un efecto en ella bien bueno.
También, de pequeña a Karla le gustaba acariciarse los cachetes con un palito hecho con cinco servilletas. No más, no menos. Tenía que ser cinco exactas. Si no eran cinco, sus llantos hacían que retumbara el cielo.
Asimismo, un día regresábamos a casa de un road trip familiar y ella de momento empezó a gritar y a llorar porque se le había enredado un pelo de la cabeza en un poro de la lengua. De esto han pasado como 23 años y todavía nos preguntamos Cómo pasó eso.
Por último, unos días después del huracán María, Karla se puso a discutir con mi primo porque él se comió unas salchichas de lata y ella juraba que por eso iban a morir de hambre.
Pero más allá de su doctorado en drama de la vida, Karla es licenciada de enfermería y trabaja como consejera en crisis con comunidades de Utuado y conmigo en Boston. Es mi psicóloga y mi sostén emocional. Le escribo todos los días y casi todos los días me responde (yo siendo ella también me ignoraría de vez en vez).
En esta aventura Jengibre, Karla es mi sección de Blog, mi columna de historias reales que me pasan a diario o semanalmente. Aquí se van a reír bastante.




Comments